martes, 19 de marzo de 2013

Pasas la infancia pensando qué serás en el futuro. Qué te gustaría ser. La mayoría solemos tener grandes aspiraciones. Médico, dicen unos, astronauta, dicen otros... profesora, futbolista, modelo... hay para todos los gustos. Conforme vas creciendo, estos pensamientos se quedan guardados y arrinconados en la memoria. Posiblemente porque nos vemos incapaces de cumplir esos sueños que en nuestra inocencia nos permitíamos tener y que ahora, creemos surrealistas e intentamos mirar hacia otro lado haciendo ver que jamás existieron.

Pensar en el que habría pasado si hubiera tenido más valor y no me hubiera dicho el NO directamente, si me hubiera permitido seguir soñando y haber ido a por el SÍ. Eso es lo que más cuesta. Darse cuenta que los mayores enemigos de nosotros somos uno mismo, (yo misma).




                          

No hay comentarios:

Publicar un comentario